El presente estudio pretende comprender las motivaciones y experiencias que tienen los adolescentes para actuar de manera promiscua y/o tener relaciones sexuales desprotegidas, identificando estos comportamientos, así como los factores socioculturales que estarían influyendo para la permanencia de este fenómeno. El diseño del estudio es cualitativo, en base a una muestra homogénea de diez adolescentes hombres y mujeres de etapa tardía, a quienes se les aplicó entrevistas semiestructuradas. Para el análisis de los resultados se categorizó en: conducta sexual, factores socioculturales y reflexiones personales de los participantes. Los resultados muestran que el aprendizaje social y posterior actuar sexual de los adolescentes, dependen del deseo por agradar, el nivel de intimidad, confianza, admiración que perciben de los diversos modelos con los que interactúan; así, el agente socializador más relevante es la pareja sentimental, seguida por los padres y la institución educativa, dos factores que aún hoy otorgan una educación sexual precaria. Percibiendo el tabú permanente que aún rodea a la sociedad quiteña sobre temas de sexualidad, permitiendo mantener a los adolescentes en una condición de vulnerabilidad y desconocimiento, se concluye que la importancia de la educación sexual radica en la integralidad de la sexualidad humana, teniendo en cuenta que no únicamente se limita a lo físico y reproductivo, y que el aprendizaje humano comienza desde su nacimiento.