El ejercicio excesivo puede generar una obsesión con el peso y la apariencia, lo que provocaría patrones alimentarios poco saludables. Este estudio tiene como objetivo evidenciar que quienes se ejercitan de manera compulsiva o participan en deportes de alta exigencia suelen sentir una fuerte presión para cumplir con ciertos estándares físicos y a seguir dietas extremas que logran el desarrollo de trastornos alimentarios. Se realizo una revisión bibliográfica utilizando el método prisma seleccionando 23 de 225 estudios relevantes de bases de datos como Pubmed, Google Scholar, ProQuest, Mendeley, Medline, web of science, Scopus y Zotero. Los resultados de este estudio afirman que la hiperactividad física es un factor de alto riesgo para el desarrollo de trastornos de conducta alimentaria y el uso de dietas estrictas comprometen la nutrición de los jóvenes deportistas y un elemento clave para su recuperación es una nutrición de reintroducción de alimentos en pequeñas cantidades hasta conseguir la recuperación total de los pacientes. Se concluye mencionando que la buena relación entre la alimentación y la actividad física junto con el compromiso del equipo de salud con los pacientes evitara el aumento de estos casos.