“…La SA, aunque parece constituir un marcador importante del trastorno de pánico (Chorot, Sandln, Valiente, Santed y Romero, 1997;McNally, 1996;Taylor, 1999), también se ha vinculado de forma especrfica con otros trastornos y manifestaciones de la ansiedad, Incluidos los miedos y las fobias (Reiss, 1991;Sandrn, 1997Sandrn, , 1999Taylor, 1999). Los miedos son fenómenos muy comunes, no sólo entre la población cllnica, sino también en la población general, especialmente en la población infantojuvenil (Pelechano, 1981(Pelechano, , 1984Sandrn, Chorot, Valiente y Santed, 1998;Sandín, Choret, Valiente, Santed y Sánchez-Arribas, 1999a, 1999bValiente, Sand In, Chorot y Tabar, 2002. Se ha sugerido que, tanto en población adulta (Lilienfeld, 1997;Reiss, Peterson, Gursky y McNally, 1986;Sandin, 2005) como en población infantojuvenil (Sandln, Chorot, Valiente y Santed, 2002b), la SA puede proporcionar un nivel significativo de predicción del nivel de miedos adicional a la predicción proporcionada por el rasgo de ansiedad u otras variables de personalidad (p.ej., la emocionalidad negativa).…”