Los países centrales en lo general y Estados Unidos en lo particular han consolidado su posición dominante en la generación y explotación de patentes, particularmente desde la década de 1990. Esta condición es excluyente para los países periféricos, los que además de transferir recursos por el pago de licencias y regalías, lo hacen también a través de la mano de obra altamente calificada que trabaja dentro de las fronteras de los países centrales propietarios de patentes o por medio de las redes globales de colaboración virtual donde se genera la innovación, y cuyo costo de formación ha sido asimilado por los países de origen. La salida de recursos financieros, las personas altamente calificadas y los conocimientos, forman una nueva tríada de «migración sin retorno», que define el papel actual de la periferia. El propósito de este artículo es determinar la contribución de tecnólogos y científicos originarios de países distintos al de los propietarios de patentes y, al analizar en la evolución de las ganancias derivadas de la propiedad de patentes, perfilar los términos de la condición hegemónica de Estados Unidos en cuanto a la innovación y al control de la propiedad intelectual.