En este contexto global, inmediato y participativo, con carácter comunicativo propio, se ha visto en los últimos años como un espacio de expresión y propagación de la intolerancia. Con este caldo de cultivo y utilizando el mencionado anonimato como medio para la impunidad, surge el ciberodio. En el marco del proyecto C.O.N.T.A.C.T. se desarrolla una investigación de tipo mixto con cuestionario ad-hoc (N=186) y 20 entrevistas en profundidad a jóvenes entre los 18 y los 35 años en España con el objetivo central de profundizar en la percepción y los conocimientos sobre discurso de odio presente en la juventud española. Los principales resultados arrojan que el discurso de odio forma parte de la comunicación en internet y las redes sociales y que el alcance e impacto de los discursos de odio se retroalimentan tanto en la calle como en la red. Los jóvenes entienden que el discurso de odio se utiliza contra determinados grupos sociales por su orientación física, cultural, étnica, sexual y aunque pueden llegar a reconocer su uso en el ámbito privado. También identifican el discurso de odio como una estrategia de intimidación. En definitiva, la lucha contra el odio en internet es una cuestión multifacética, donde las medidas de carácter legal se deben acompañar de propuestas y respuestas de carácter social y educativo, y debe contar con el compromiso institucional y de las empresas que prestan servicios tecnológicos, todo ello orientado a construir un espacio online más seguro y respetuoso para todos.