El espacio urbano ha ido construyéndose a costa del espacio rural, realidad que el público más joven desconoce, reduciéndose su relación con el mismo al ocio puntual (y con ello la función esencial de lo rural a lo largo de la historia del ser humano). Incluso por parte de aquellos jóvenes que pudiesen tener abuelos que antaño hubiesen trabajado en el campo, lo rural es manifiestamente remoto y vinculado con duras faenas y desasosiegos. El tiempo en el que lo rural tenía una presencia muy notable no existe en la cosmovisión de los más jóvenes, incluso del profesorado en formación, aunque detrás de la realidad y epidermis urbana aflora la memoria del medio rural. El presente texto intenta, por un lado, poner el foco sobre la evolución de la Quinta de La Fuente del Berro y su entorno más próximo, poniendo en valor las huellas y memoria del medio rural de los barrios madrileños de Las Ventas y de La Fuente del Berro, señalando por otra parte el importante potencial didáctico de esta parte del ensanche Este de la capital española.