A lo largo del s. XVIII y primera mitad del XIX el sílex se convirtió en materia prima estratégica para la fabricación de piedras de chispa utilizadas en distintas armas de fuego. El ejército español obtuvo buena parte de sus suministros del Reino de Granada y, a partir de 1760, de las canteras situadas cerca de Zaragoza, en el entorno del río Huerva, comarca que se convirtió en uno de los principales centros de producción como resultado del sistema de contratas establecido por la Corona para el suministro de más de un millón de piedras anuales. En el artículo presentamos las impresionantes huellas arqueológicas de aquellas explotaciones mineras –trincheras, galerías, pozos, escombreras...–, los lugares de transformación y la tecnología de talla empleada, junto con algunos datos documentales de la producción de estos ‘pedernaleros’, un oficio especializado y gremial, que se extinguió hacia mediados del XIX cuando las armas con llave de chispa quedaron obsoletas. Pero sobre todo queremos dar cuenta de un patrimonio extraordinariamente conservado y prácticamente desconocido que demanda su reconocimiento y puesta en valor.