La sífilis es una infección bacteriana causada por Treponema pallidum, se transmite principalmente por vía sexual. La enfermedad tiene importancia no solo clínica sino también de salud pública, debido a su frecuencia. Las manifestaciones clínicas son muy variadas y van desde una úlcera o chancro hasta lesiones cutáneas diseminadas, cardiovasculares, neurológicas, oftalmológicas o articulares. Sin tratamiento, la enfermedad progresa durante años y puede provocar complicaciones neurológicas y cardíacas. El diagnóstico se basa principalmente en las manifestaciones clínicas e interpretación de pruebas serológicas. A pesar de su antigüedad, los principios del tratamiento han permanecido estables hasta la actualidad. La penicilina es el tratamiento de elección. La respuesta al tratamiento se determina en base a los cambios de los títulos de anticuerpos durante meses tras el tratamiento.