Desde una revisión sistemática de la literatura en bases de datos WoS, Scopus y Scielo y utilizando el modelo PRISMA, se obtienen 25 artículos que abordan la relación entre el género y la segregación laboral en los últimos 5 años en Chile. La segregación laboral horizontal comienza a gestarse con la elección de la carrera profesional a estudiar, cuyo impacto se observa posteriormente en la vida laboral las elecciones de las carreras, especialidades, ámbitos de desempeño e incluso metodologías de aprendizaje se relacionan al género. La presencia de estereotipos y los modelos de división sexual del trabajo operan como catalizadores de las restricciones intrínsecas (creencias interiorizadas) y restricciones extrínsecas (derivadas de normativa y procedimientos existentes o ausencia de estos en la educación superior), que desincentivan la participación de las mujeres en carreras que históricamente han sido desarrolladas por hombres. En relación a las opciones en Educación Superior, las mujeres se concentran en los ámbitos de salud, educación y servicios sociales, mientras los hombres se desarrollan en las matemáticas, carreras ligadas a la ciencias y tecnología, que son mejor remuneradas (Servicio de Información de Educación Superior, SIES, 2021). En Chile, ingresan a la educación superior más mujeres que hombres, en todos los tipos de instituciones. Sin embargo, existen áreas del conocimiento en donde la brecha de género negativa se hace más notoria. Según las cifras que maneja la Subsecretaría de Educación Superior del país, la brecha de género en Ciencias Básicas es de -0,1% y en Tecnología es de -65,7%.