Psychological Well-Being, Risk, and Resilience of Youth in Out-Of-Home Care and Former Foster Youth

Abstract

This study assesses psychological well-being, risk, and resilience of youth currently in-care and former foster youth and how preparation for independent living affects these factors. Findings suggest significant psychosocial distress for former foster youth. Youth currently in-care fared better but demonstrated high scores on measures suggesting risk and potential for future mental health challenges. For former foster youth, independent living preparation positively impacted well-being. The more preparation for independence a youth received, the lower the psychological challenges. Findings suggest the need for mental health support for transitioning youth as well as preparation for independent living as a way to improve the wellbeing of former foster youth. Keywords Foster care • Mental health older youth in foster care • Child welfare • Risk and older youth child welfare

Introduction to the special issue: School and life experiences of highly mobile students: Phenomenology, risk, and resilience

“…Historically, much of the research on highly mobile students has unduly focused on risk factors to the neglect of resilience (Masten et al, 2015). However, subsumed under the risk and resilience framework, an emerging body of research involves elucidating resilience as a process that can concomitantly protect students from the deleterious effects of high mobility and adverse life experiences (Cutuli et al, 2013; Greeno et al, 2019; Griffin et al, 2019).…”

Percepción de los jóvenes vinculados y egresados del sistema de protección acerca de su relación con la familia. Bienestar psicológico, atribuciones y expectativas académicas y laborales

“…Muchos de los jóvenes que han participado del sistema de protección han sido testigos de conflictos, maltrato y negligencia en el cuidado familiar, siendo estas causas algunas de las que dan lugar al ingreso en el mismo (Bernal & Melendro, 2017;Font & Gershoff, 2020;Greeno et al, 2019). Ante estas circunstancias, Delgado (2021) advierte la conexión entre las experiencias socioemocionales adversas de estos jóvenes con carácter previo al cuidado, y las posteriores dificultades que afrontan en diferentes terrenos, recalcando, que constituye una población especialmente vulnerable a causa de factores prenatales, relacionales y por la propia experiencia en el sistema de protección que, como experiencia social, tiene influencia sobre la salud integral de la persona.…”

“…Esta etapa es particularmente estresante y afecta ostensiblemente sobre diversas variables que requieren apoyo e intervención (Greeno et al, 2019;Pirttimaa & Välivaara, 2018), ya que haber sido parte del sistema de protección repercute a lo largo de la vida del joven, influyendo tanto en la trayectoria académica, como en las actividades de las que participa el joven y las relaciones que establece (Llosada-Gistau et al, 2017).…”

“…Lasheras & Pérez (2014) destacan, entre las dificultades que surgen en este periodo, la necesidad de emprender una vida autónoma e insertarse en el mundo laboral, pero también, la transcendencia de ser independientes en el resto de las esferas de su vida. Greeno et al (2019) destacan, que el éxito en el proceso de transición a la vida adulta requiere que esté presente un conjunto de factores que fomentan que el joven pueda superar el abandono del cuidado, emprendiendo un conjunto de acciones sucesivas que lo integran en el entorno. Estos procesos precisan del ejercicio de un conjunto de habilidades y competencias que contribuyen al éxito durante esta etapa, en el que las relaciones que se establezcan se convertirán en un elemento facilitador (García-Castilla et al, 2020).…”

“…En este sentido, cuantas más habilidades y competencias alineadas con sus metas personales se hayan adquirido, mayor será su bienestar psicológico. Debiendo favorecer al mismo tiempo, que el individuo perciba el apoyo de la institución y sea capaz de construir otras relaciones relevantes para fortalecer su salud mental, además de conformar un plan vital, que le permita dirigir sus esfuerzos hacia metas específicas, lo que contribuirá a su calidad de vida (Alivernini et al, 2019;García-Castilla, 2020;Gleeson, 2018;Greeno et al, 2019).…”