“…La dificultad a la hora de lograr esto es lo ha llevado a Ian Parker (2010) a abogar por la supresión de la psicología -de todo tipo de psicología, sea cual sea su orientación teórica y metodológica-en el análisis de la realidad social y de los problemas sociales desde posiciones de izquierdas o progresistas. Es más, creo que esa psicología social crítica y emancipadora es más necesaria aún hoy día que en el pasado, sobre todo porque si la psicología estuvo siempre al servicio del capitalismo (Sampson, 1977;1981), hoy día lo está aún más: psicologizando los problemas sociales y haciendo que los problemas que están teniendo millones de personas a causa de las injustas políticas neoliberales sean vistos como meros problemas personales de los individuos afectados, la psicología está haciendo un servicio realmente inestimable al nuevo capitalismo global (los desempleados no tienen trabajo porque no son capaces de adaptarse a las exigencias de la globalización; los delincuentes lo son porque tienen problemas personales, casi siempre relacionados con sus genes; quienes fracasan en la escuela se debe a su bajo CI…). Y de esta manera, los psicólogos están contribuyendo poderosamente a que la ciudadanía no perciba quiénes son los responsables reales de tales problemas y no le eche la culpa a las políticas de precarización laboral que está empeorando cada día más las condiciones de vida de cientos de millones de trabajadores y a las medidas de austeridad que tanto daño están haciendo a millones de personas y al propio crecimiento económico, incrementando las desigualdades hasta niveles realmente peligrosos y obscenos (Bauman, 2013(Bauman, /2014Blyth, 2013Blyth, /2014Ovejero, 2014;Piketty, 2013;Stuckler y Basu, 2013;Wilkinson, 2000Wilkinson, /2001Wilkinson y Pickett, 2009).…”