“…Parece estar demostrado que ningún dato expresivo, por sí mismo, es una fuente inequívoca de la experiencia emocional, sin embargo, las expresiones faciales de las emociones parecen ser una fuente fiable de datos a la hora de reconocer una emoción (Becker, 2010;Bloom y Heath, 2010;Clark, Neargarder, y Cronin-Golomb, 2010;Cremers et al, 2010;Croker y McDonald, 2005;Csukly et al, 2011;Dag, 2010;Ekman, 1980Ekman, , 1992Ekman, , 1993Ekman, , 1994Ekman, , 2003Ekman, Liebert, y Friesen, 1974;Ekman y O'Sullivan, 1988;Ekman y Oster, 1979;Fernández-Carriba, Loeches, Morcillo, y Hopkins, 2002;Frank, 2001;Frijda, 1958;Frijda y Van De Geer, 1961;Gross y Vrana, 2001;Gyurjyan, Froming, y Froming, 2005;Ioannou et al, 2005;Iria, Barbosa, y Paixao, 2010;Izard, 1990;Jenness, 1932;Keltner, 1996;Kring y Sloan, 2007;Langfeld, 1918;Lanzetta y Orr, 1980;Larochette, Chambers, y Craig, 2006;Matsumoto y Lee, 1993;Matsumoto y Willingham, 2009;McAlonan et al, 2000;McLellan, Johnston, Dalrymple-Alford, y Porter, 2008;North, Todorov, y Osherson, 2010;Parr, 2009;Parr, Waller, y Heintz, 2008;…”