“…A ellos se asociaron laboratorios, equipos, bibliotecas especializadas e instalaciones técnicas, que permitieron a Chillán reposicionarse como un polo agrícola de liderazgo a nivel nacional (Universidad de Concepción, 2020). El crecimiento urbano y el consumo de la base agrícola productiva A medida que el Campus Chillán se desarrollaba también lo hacía su ciudad, en 1940, a 3220 hectáreas en el 2014 (Soto y Escobar, 2016). Estas dinámicas de crecimiento han respondido a procesos de expansión horizontal, las cuales han triplicado cantidad de suelos agrícolas de alta calidad en torno a la ciudad y consumiendo así la base del dinamismo económico de la región.…”