“…Por otro lado, resulta pertinente subrayar que la propagación de discursos de odio, en lugar de limitarse hoy al canal tradicional de las comunicaciones, se extiende a un ritmo vertiginoso en el escenario virtual debido, en buena medida, a la dificultad de identificar y atajar tales discursos (Pantoja, 2011;Oleaque, 2015;Bustos, De Santiago, Martínez y Rengifo, 2019;Buraschi y Aguilar, 2019). Desde este ángulo, destaca el papel de las redes sociales como un instrumento al uso para la difusión apresurada de informaciones sesgadas, tergiversaciones, bulos y, en última instancia, percepciones erróneas sobre el fenómeno migratorio y las personas desplazadas.…”