Existing work on state building focuses on the creation of modern bureaucracies and institutions for education and taxation but generally neglects to point to communal property regimes as tools of statecraft. Political science scholars who focus on ethnic communal lands in the Americas emphasize the rise of formal multicultural institutions, including Indigenous land rights, but are skeptical about governments' willingness to title large extensions of land to Indigenous or other ethnic groups because of opposing economic interests. Focusing on the titling of 12 percent of Honduras's territory between 2012 and 2016, this article uses semi-structured elite interviews, land titling data, field notes from three months in rural and urban sites in Honduras, and drugtrafficking reports to examine the motivation of officials in the central government. Evidence suggests that the central government views and uses ethnic land titling as a strategy to reclaim territorial dominance in contested locations that lack state presence. Los análisis sobre la creación del estado moderno se enfocan en el diseño de burocracias e instituciones modernas para la educación y la recaudación de impuestos pero generalmente omiten la propiedad comunal como herramienta para gobernar. Los analistas que estudian la propiedad comunal de pueblos étnicos en las Américas enfatizan la difusión del multiculturalismo mediante instituciones legales, incluyendo el derecho a la tierra de pueblos indígenas, pero dudan que el gobierno quiera titular grandes extensiones de tierras a dichos pueblos por oposiciones de intereses económicos. Este articulo usa entrevistas con la elite política de Honduras, datos cuantitativos sobre la titulación de tierra comunal, notas detalladas de tres meses de trabajo de campo en lugares urbanos y rurales de Honduras e informes sobre el narcotráfico para examinar la motivación de miembros del gobierno central para titular 12 por ciento del territorio hondureño como tierra indígena entre 2012 y 2016. La evidencia presentada sugiere que el gobierno central titula tierra indígena como una estrategia para reforzar su dominio en localidades vulnerables sin presencia estatal.