Presentamos el caso de un varón de 28 años de edad que sufrió el atrapamiento y la avulsión cutánea de la palma y dorso de la mano izquierda con arrancamiento de todos los pedículos vasculo-nerviosos a la altura del canal carpiano. Presentaba una fractura metafisaria de la falange proximal del quinto dedo, fractura diafisaria del tercer metacarpiano y avulsión de la piel del pulgar a la altura de la articulación trapeciometacarpiana. Las fracturas se fijaron con agujas. Tras la revascularización del pulgar y reparación microquirúrgica de los pedículos avulsionados, el 5.° dedo y la piel de la palma y del dorso, evolucionaron a la necrosis. Una semana después se realizó el desbridamiento de la necrosis y la cobertura con un colgajo microvascular de músculo gracilis, anastomosado a la arteria cubital termino-lateralmente. Cinco días después el colgajo se cubrió con un injerto de piel de espesor parcial.El postoperatorio trascurrió sin complicaciones. El paciente comenzó la rehabilitación a la 4.a semana tras revascularización. 28 meses tras la intervención presenta un rango de movimiento de los dedos trifalángicos y muñeca completos, rigidez en pulgar (IF 30°-90°, MCF 20-60°). La sensibilidad era de 20 mm en el test de discriminación a los dos puntos en los dedos trifalángicos y, anestesia en el pulgar. La fuerza de prensa era del 79,6% (43 kg/54 kg) respecto a la mano sana.El colgajo microquirúrgico del músculo gracilis constituye una excelente opción para cobertura en mano, al permitir el deslizamiento de los tendones. Además, mediante el uso de presoterapia, se consigue un excelente resultado estético, en un único tiempo, muy superior al conseguido con colgajos fasciocutáneos.