“…Estas aguas mieles, en su mayoría no son adecuadamente manejadas, ya que se vierten directamente en el suelo o vertientes de aguas afectando directamente los nichos ecológicos existentes en estos. Ante ello, se ha venido investigando diversas tecnologías que podrían ayudar a la limpieza de estas aguas e incluso volverlas reaprovechables (Alemayehu et al, 2021), estas aguas residuales tratadas con tecnologías eficientes pueden tener características interesantes para el uso agrícola (Reyes-Prado et al, 2022). Entre estas tecnologías que buscan contribuir a la limpieza de las aguas mieles se pueden citar: el sistema UASB con recirculación de efluentes en un reactor de manto de lodos anaerobio de flujo ascendente (Botello Suárez et al, 2018; Villa-Montoya et al, 2016), la oxidación de compuestos fenólicos mediante la inmovilización de la peroxidasa en la cáscara de soya (Chagas et al, 2015), sistemas de aireación de efluentes (Rossmann et al, 2013) Estos últimos años, se ha venido trabajando con mucho interés en investigaciones sobre el efecto de polímeros orgánicos (de origen natural) y su actividad floculante que ayuda a efectivizar el tratamiento de aguas residuales contaminadas en la separación sólido-líquido aumentando la velocidad de sedimentación (Dao et al, 2015), dada la potencialidad de floculación de los polímeros estudiada hace décadas atrás (L. K. Wang et al, 1977), entre las materias primas fuente de estos polímeros naturales orgánicos se puede citar el uso del quitosano, quitosano-policramida (Chen et (Gautam et al, 2020).…”