“…-Desarrollando políticas activas de empleo que han pasado por la gestión de la formación, la intermediación, la empleabilidad y el reconocimiento de los saberes adquiridos por vías informales (Córdoba y Martínez, 2011). -Diseñando y proponiendo programas de formación para el empleo con la integración de colectivos cuyo acceso al mercado de trabajo está obstaculizado por numerosos prejuicios, de modo que se proporciona cualificación pero también educación en cierto modo compensatoria, habitualmente sin cuestionar, el menos en su operativa, el paradigma de la activación (Orteu, 2018) y poniendo en marcha metodologías que luego se han extendido a otras poblaciones, tales como los itinerarios de inserción sociolaboral que requieren de acompañamiento socioeducativo más intensivo (Martínez, 2021;Marhuenda y Chisvert, 2022). -Más recientemente, algunas organizaciones promueven el modelo de emprendimiento social como estrategia para la inserción laboral, bien como alternativa al trabajo por cuenta ajena o bien mediante mecanismos como las empresas de inserción social (Chaves, Juliá y Monzón, 2019).…”