La desaparición de personas en México, desde hace poco más de quince años, ha crecido de forma preocupante, actualmente existe un registro de más de 115 mil personas desaparecidas. Este fenómeno genera consecuencias graves para familiares de quienes han desaparecido, ya que genera una desarticulación psíquica a causa de la pérdida ambigua y la imposibilidad de vivir un proceso de duelo. En este artículo se presenta un análisis que surge del trabajo de investigación cualitativa,[1] desarrollada durante los años 2019-2020, con familiares de personas desaparecidas en los estados de Guerrero y Veracruz, la cual tuvo como objeto profundizar en las alternativas de resiliencia en personas, grupos y colectivos durante las búsquedas de quienes han desaparecido bajo la constante vulnerabilidad de quienes viven en estos territorios. Los hallazgos que aquí se discuten permiten analizar los diversos desafíos para desarrollar un Trabajo Social pertinente y sustentado en las necesidades orientadas a la construcción de alternativas de resiliencia frente al fenómeno de desaparición, en territorios donde la impunidad y las violaciones graves a los derechos humanos es una constante; en esta dirección, se presenta un análisis sustentado teóricamente en los procesos de resiliencia ante la constante vulnerabilidad, así como en el ejercicio pendiente del Trabajo Social. Se exponen diversas situaciones que las familias de personas desaparecidas enfrentan en territorios de violencia e impunidad y las bases que fundamentan la oportunidad de desarrollar un Trabajo Social orientado a potenciar procesos de resiliencia en casos de desaparición forzada.