Reflexiones sobre montículos, técnicas de procesamiento de alimentos y construcción de nichos

Abstract

En este trabajo ensayamos una aproximación a los montículos de la región de India Muerta/Paso Barranca, sector sur de la cuenca de la Laguna Merín, Uruguay (5500 - 1000 años AP) a través de la relación entre las técnicas de procesamiento de alimentos y la Teoría de la Construcción de Nichos (TCN). Por una cuestión de escala temporal, de registro arqueológico y de enfoque epistemológico, no realizamos un planteo centrado en la evolución biológica; no obstante, exploramos cómo el concepto de poscosecha y la TCN nos ofrecen una aproximación alternativa y holística a los montículos. El primero nos induce a hacer foco en aspectos poco atendidos de las técnicas de subsistencia de los grupos prehistóricos: la relación entre los recursos explotados y las formas de procesarlos, que en nuestro caso podría ser una de las principales causas que produjo la elevación de los montículos. Por su parte, la TCN nos proporciona un marco teórico que faculta a abordar dicha relación y el singular proceso que desencadenó, desde una perspectiva diacrónica e integral donde se conjuga lo biológico, lo ecológico y lo cultural.

Procesos de elevación de los montículos. Modelo de crecimiento y nuevas dataciones luminiscentes

“…Luego se ensayó datar por TL y OSL las arenas y limos de la «fracción más fina» de la matriz, obteniéndose edades concordantes entre sí, con las obtenidas a partir de la tierra quemada y con edades radiocarbónicas. Ello llevó a inferir que el agente de blanqueo fue el calor y que toda (o casi toda) la matriz de los montículos datados alcanzó temperaturas mínimas de ~350/380 ºC, temperatura a la cual se reinicia los registros luminiscentes (Bracco et al, 2019a(Bracco et al, , 2020a.…”

“…En cuanto a ubicación, las estaciones de hornos se sitúan próximos a los alimentos que en ellas se procesan (Black y Thoms, 2014). En los bañados de Rocha dos géneros de geófitos (Typha angustifolia, Typha domingensis y Canna glauca), con altísima densidad y presentes durante largos períodos del año, se concentran en las áreas temporal o permanentemente inundadas, linderas a donde se encuentran los montículos (Bracco, Duarte, Gutiérrez, Clara y Panario, 2020a). Silicofitolitos y almidones de ambos géneros han sido identificados en su matriz (del Puerto, 2015;Suárez, 2018).…”

“…Quemas experimentales de pajonales para evaluar la acción del fuego como agente de limpieza de campos, mostraron que el suelo inmediatamente después de la quema había aumentado su temperatura menos de 10 ºC y la pérdida de humedad fue menor a 10 % (López Mársico, Altesor y Lezama, 2017), lo que indica que alcanzo temperaturas menores a los 100 ºC. En los montículos no tenemos superficies alteradas, sino que tenemos evidencias que toda la matriz que forma su cuerpo alcanzó temperaturas mínimas entre 350 y 380 ºC (Bracco et al, 2020a), no siendo la consecuencia esperable de una actividad eventual que se produzca a partir de una superficie. En el caso de fogones las temperaturas alcanzadas son mayores y consecuentemente la alteración también, pero siempre disminuyendo a medida que nos introducimos en el sedimento (March et al, 2014).…”

“…indicadores dietarios muestran la importancia de los vegetales en la dieta. La relación Sr/ Ca de la fracción apatito de restos óseos humanos es similar o aún mayor a la de los herbívoros de la región, lo que señala un alto consumo de plantas (Bracco, Fregeiro, Panarello, Odino y Souto, 2000b). Por su parte los valores de δ 13 C col igualmente indican una dieta rica en vegetales, en particular de vía fotosintética C3 (Mut, 2015).…”

“…Por su parte los valores de δ 13 C col igualmente indican una dieta rica en vegetales, en particular de vía fotosintética C3 (Mut, 2015). Un importante consumo de especies como Typha con valores δ 13 C -27‰ (Inglett y Reddy, 2006), y que corregido por efecto Suess es de −28,5 ‰ (Francey et al, 1999) es consistente con los valores marcadamente bajos de δ 13 C col , media 20,7 ± 0,795 ‰ (Bracco et al, 2020a). También esto puede explicar por qué no se observa la señal isotópica del maíz (Mut, 2015) por más que está presente en el registro por al menos 2500 años (Del Puerto, 2015).…”