“…Si bien la anestesia espinal brinda una menor respuesta simpática y metabólica, y menor estrés global al trauma quirúrgico; también posee limitaciones: el primero es la dificultad en técnica (por lo cual se debe contar con el suficiente entrenamiento para realizar movimiento finos y precisos); dado los espacios milimétricos y las pequeñas estructuras. Para ello, se han diseñado fórmulas para medición de la longitud entre la piel y el espacio subaracnoideo, incluida la que utilizó en nuestro caso: (Peso (kg) + 10) * 0,8[1]- [7], y un espacio subaracnoideo entre 6 a 8 milímetros. Por ende, la elección de una aguja fina y corta, permite una mejor manipulación y realización de movimientos finos; se recomienda una aguja de Quincke de 25G en neonatos y una jeringa de 1 ml para la administración del medicamento, con el fin de otorgar mayor seguridad [8].…”