“…De todas formas, el estudio realizado da cuenta de que el intento de reforma de esta ley resultó solo el fundamento inicial de los posicionamientos llevados adelante por el movimiento #ConMisHijosNoTeMetas, que en forma mayoritaria se dirigieron a horadar la legitimidad tanto de la ESI en su conjunto como de todo un vasto universo de políticas públicas, normas legales y discursos sociales englobados en la categoría de "ideología de género", un concepto acuñado por el Vaticano a mediados de la década de 1990 que pretende desacreditar las demandas provenientes de los feminismos y los movimientos de la diversidad sexual, y que en los últimos años opera como una zona de confluencia de un activismo interreligioso transnacional que, paradójicamente, irrumpe en cada contexto local denunciando su presencia como una suerte de "colonialismo cultural" que amenaza sus valores y tradiciones (Faur y Viveros, 2020;Santamarina, 2020;Tabbush y Caminotti, 2020). Acorde a una estrategia característica del activismo religioso aggiornado a la vida democrática-moderna que Juan Marco Vaggione ha llamado "secularismo estratégico" (2009), en su trama argumental este grupo no suele poner de relieve su carácter religioso, sino que se presenta como un grupo de "familias" o "padres" preocupados por la educación de sus hijos, cariz discursivo coincidente con los empleados por los movimientos "provida" y "profamilia" en escenarios previos (Felitti, 2011;Gudiño, 2014;Jones y Vaggione, 2012;Morán, 2012Morán, , 2015Morán, , 2018). 1 Sus referentes, empero, pertenecen a distintos grupos cristianos (católicos y evangélicos), en una alianza estratégica 2 que en Argentina resulta palmaria al menos desde el debate y posterior aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en 2010 (Jones y Carbonelli, 2015;Jones y Vaggione, 2012).…”