“…A pesar de que en Chile la categoría que ha alcanzado mayor uso es la de perpetrador (Aguilera y Jara, 2016;Jara, 2020aJara, , 2020bSantos-Herceg, 2020;Peris Blanes, 2019), -que emerge en lo público gracias a la lucha de las agrupaciones defensoras de derechos humanos (Aguilera y Jara, 2016)-, durante los últimos años las investigaciones han ido posicionando otras denominaciones a nivel cultural que han contribuido a comprender las acciones y motivaciones de los sujetos implicados en el terrorismo de Estado. Entre estas se encuentran la de «cómplice» (Lazza ra, 2016;Rebolledo, 2012Rebolledo, , 2013, la de «colaborador» (Rebolledo, 2013;Peris Blanes, 2019), la de «torturador» (Santos-Herceg, 2020) y la de «victimario» (Jara, 2020b). Asimismo, estas investigaciones han ayudado a expandir los significados sociales y culturales elaborados en torno a estas figuras (Aguilera y Jara, 2016; Jara 2020a; Del Campo y Cápona, 2019 7 .…”