“…En la literatura sobre migración se ha considerado que las remesas pueden contribuir a la reducción de la pobreza y mejorar la distribución de los ingresos en las localidades receptoras [Fajnzylber et al, 2008]; sin embargo, existe otro conjunto de investigaciones que señala que su impacto sobre la pobreza es limitado debido a que los hogares receptores difícilmente logran invertir ese dinero de forma productiva, pues la mayoría de las veces tiende a gastarse principalmente en el consumo corriente del hogar [Dharmawardhana, De Zoysa y De Silva, 2015;Nzima, Duma y Moyo, 2016], por lo que esos hogares se vuelven dependientes de este ingreso y se deterioran las capacidades productivas locales, perdiéndose así la oportunidad de que las remesas se conviertan en un mecanismo endógeno de dinamismo económico que pueda contribuir con la reducción de la pobreza en las regiones receptoras; además de esto, es necesario considerar que las remesas pueden provocar mayor desigualdad entre los hogares rurales ya que solo algunos de ellos logran beneficiarse de dicho recurso [Salas, 2019].…”