“…Sin embargo, es precisamente la impotencia, el horror y la humillación sentidas por no ser capaz de reconstruir qué sucedió y quién fue el responsable de los hechos, así como las dificultades de lidiar con este gap en su memoria, lo que contribuye al desarrollo de un trauma por la víctima, máxime si, como acontece a veces, ésta halla signos de violencia sexual pretérita ejercida sobre su persona (p. ej., ropas rasgadas, restos de esperma o fisuras vaginales) 149 . Incluso, algunas víctimas amnésicas pueden llegar a volver a experimentar sensaciones físicas y emocionales perturbadoras cuando partes de la memoria traumática emergen en clave de recuerdos intrusivos a propósito de un determinado estímulo vinculado con el trauma 150 .…”