“…Se considera turismo rural a una de las formas sostenibles del turismo, ya que el atraer a un número reducido de turista no requiere grandes inversiones en materia e infraestructura, y por ende, no provoca el gran impacto en el destino, misma que se centra en la cultura local que debe ser preservada, asimismo, posee fuertes vínculos con las cuestiones éticas y con la preservación de los recursos naturales; es decir, que aprovechar de manera equilibrada o sostenible los elementos de la naturaleza se traduce en una de las implicaciones más trascendentes en tales sitios, debido a que esos elementos son susceptibles de convertirse en rentables y de generar valor por medio de su utilización como espacio turístico, recreativo y de ocio (Niño- Gutiérrez et al, 2015).…”