“…Lenz, llegado a Chile en 1890 (véase Escudero, 1963;Ennis, 2016;y Bernaschina, 2013) para formar parte del cuerpo de especialistas del recién creado Instituto Pedagógico, se enfrentó en el medio local con una importante resistencia a sus ideas cientificistas y descriptivistas, de lo que da cuenta por ejemplo el ácido cuestionamiento de Eduardo de la Barra hacia los profesores alemanes del Pedagógico (Velleman, 2007) o la reseña crítica del sacerdote Manuel Antonio Román a su Diccionario etimológico (Lenz, s.f.). Lenz, formado en la filología históricocomparada europea, la única lingüística considerada "científica" en esa época, introdujo una fractura radical en la manera de entender el estudio de las lenguas en Chile, que hasta entonces tenía un marcado tinte pedagógico-normativista, ciertamente inspirado en Bello (Rojas, 2017). Precisamente en la crítica de Román al diccionario de Lenz encontramos el contraste expresado de manera diáfana, al tiempo que el sacerdote chileno lo compara con Bello, con la intención de dejar mal al alemán, por supuesto:…”