El gato montés, Lynx rufus, es una de las seis especies de felinos silvestres que habitan en México. Se distribuye desde el nivel del mar hasta los 3,600 m, ocupando una gran variedad de hábitats entre los que se encuentran los desiertos, ecosistemas de montaña y humedales. Sin embargo, a la fecha, no existe información ecológica de la especie en humedales costeros. El objetivo general de este trabajo es proveer la primera información ecológica obtenida de forma sistemática sobre el gato montés en la Planicie Costera de Nayarit (PCN). Evaluamos su presencia histórica y actual, su abundancia relativa y patrones de actividad. Determinamos la presencia histórica del gato montés en la PCN mediante una búsqueda en bases de datos electrónicas utilizando las palabras: “Lynx”, “rufus”, “lince”, “bobcat” y “Nayarit”. Implementamos el protocolo del Censo Nacional del Jaguar usando cámaras trampa en un área de 72 km2 para documentar la presencia, distribución, abundancia relativa y patrones de actividad del gato montés. A través de la búsqueda en bases de datos encontramos 23 registros de gato montés en un área de al menos 3,000 km2 de la PCN. A partir de nuestro trabajo de campo obtuvimos 30 registros independientes con una abundancia relativa de 1.28 fotografías de gato montés / 100 días cámara. Documentamos la presencia de al menos 10 individuos diferentes, incluyendo adultos de ambos sexos y una hembra presuntamente embarazada. Su actividad es nocturna; 40 % de los registros ocurrieron entre las 00:00-06:00 hr. El gato montés habita los ecosistemas costeros de Nayarit. Los valores elevados de abundancia relativa sugieren una población estable en la PCN con respecto a lo que ha sido reportada en hábitat ideales para la especie tales como los matorrales y bosques templados. Su actividad nocturna coincide con lo que reportan otros trabajos para la especie. Aunque, en general, el gato montés se adapta bien al disturbio generado por actividades humanas, los impactos que estas tienen sobre sus poblaciones en los humedales costeros aún se desconocen. Para asegurar la permanencia de sus poblaciones es necesario realizar futuros estudios sobre su dieta, reproducción, ámbito hogareño y conectividad genética de la especie en los ecosistemas costeros del occidente de México.