“…Considerar todas las complicaciones de un procedimiento conlleva una amplia valoración previa e individualizada: identificar los riesgos conocidos, contar con un soporte técnico y profesional adecuado; un aspecto es afinar un detalle decisivo como el sangrado y sus comorbilidades algunas desvalorizadas pero dependientes de los pasos anteriores no atendidos. Las complicaciones por hemorragia intraoperatoria inherentes a lesión inadvertida de un vaso quizás no superen 1 %; sangrados específicos por lesión de AC (0,27) (Genc et al, 2011); (0,6) (Radunovic et al,); (0,04-0,18 %) (Sureka & Mukund, 2017), siendo la única serie más alta (1-4,5 %) (Tonolini et al). En nuestra serie el sangrado estuvo ausente en 56,67 % y en 43,33 % observamos los habituales escurrimientos sanguíneos producto de la colocación de trócares, disección de vasos vesiculares subserosos provenientes del lecho vesicular a los que consideramos leves y no atribuidos a lesión vascular importante.…”