“…En estos casos, cuando el análisis parte de la localización metastásica, es difícil generar un diagnóstico preciso, puesto que, en ocasiones, cuando las células tumorales llegan a la médula ósea, pueden confundirse con blastos leucémicos, particularmente de origen mieloide y con predominio de diferenciación megacariocítica 7,8 . Esto debido a que, en el aspirado de médula ósea, pueden aparecer un infiltrado difuso de células blásticas con citoplasma agranular moderado, núcleos redondos y grandes, y nucléolos prominentes con vacuolas que se pueden confundir con una neoplasia hematolinfoide [7][8][9] . Lo anterior no solo ocurre con los procesos metastásicos en médula ósea de los rabdomiosarcomas, sino también en otras neoplasias, como el neuroblastoma, el sarcoma de Ewing, el tumor neuroectodérmico y el tumor de Wilms 10 .…”