El transporte de agua a presión (producto del volumen por la presión) consume mucha energía y la amenaza del cambio climático exige reducirla. Ello se consigue optimizando el proceso, reduciendo el volumen a desplazar (gestionando la demanda y minimizando las fugas) y, por último, ajustando al máximo la presión con un ecotrazado. En este trabajo, se compara el tradicional diseño de redes, vigente más de un siglo y supeditado a minimizar la inversión y garantizar el suministro, con el ecotrazado cuyo objetivo es primar la eficiencia ajustando tanto como sea posible la presión a las necesidades del servicio. Un enfoque alternativo, lógico y necesario en un nuevo marco, con redes eléctricas más seguras, equipos electromecánicos más fiables y con la necesidad de reducir el gasto energético. El ecotrazado es ambientalmente más conveniente y, contabilizando todos los gastos, más económico.