La primera pregunta que podrían hacerse los lectores es ¿por qué? y ¿para qué? utilizar ecocardiografía durante una cirugía no cardíaca L a idea es que luego de leer esta revisión, ustedes estimados lectores, tengan su propia respuesta e impresión de este tema. La prolongación en la expectativa de vida de la población, ha redundado en que los pacientes quirúr-gicos sean de mayor edad y portadores de patologías cardiovasculares crónicas y complejas.Desde el punto de vista fisiopatológico se produce una severa alteración en la distensibilidad del tejido miocárdico y el ventrículo izquierdo se torna rígido, lo que es más difícil de manejar desde el punto de vista anestesiológico, dado que estos pacientes toleran mal las sobrecargas de volumen, la taquicardia y el aumento de la postcarga. También se ha visto que muchos de estos enfermos tienen su función diastó-lica alterada, incluso a pesar de tener función sistó-lica normal (hasta 40% tienen diástole alterada con sístole conservada). Generalmente se encuentran en buenas condiciones basales y realizan una vida razonablemente normal, pero la reserva funcional de sus órganos está disminuida. Así frente a situaciones de stress, como es una cirugía, presentan descompensaciones perioperatorias. Se ha demostrado que una buena vigilancia durante la cirugía permite diagnosticar y manejar eventos no deseados y así disminuir la morbimortalidad postoperatoria.Entonces de aquí surge la segunda pregunta: ¿Cómo vigilo, cómo monitorizo a estos pacientes?En el año 1971, los doctores Swan y Ganz 1 describieron un catéter con un balón en su punta que permitía estimar las presiones de las cavidades cardíacas derechas y de la arteria pulmonar. Este catéter fue y es aún en la actualidad ampliamente utilizado, pero, ¿Las presiones corresponden a volúmenes? ¿Qué pasará en el miocardio con alteraciones de la distensibilidad?Estos son justamente a los pacientes que nos enfrentamos en nuestra práctica clínica diaria. Enfermos portadores de diferentes tipos de cardiopatías, isqué-mica, hipertensiva, diabética, de larga evolución. Ellos se caracterizan por tener ventrículos izquierdos (VI) muy rígidos con una respuesta poco predecible los cambios de volumen.En un estudio muy interesante realizado por Osman y sus colaboradores 3 , publicado en el Critical Care de 2007, se demostró que las presiones de llenado no eran capaces de predecir la respuesta del paciente al volumen. Es más, dividieron a los pacientes en dos grupos: los respondedores y los no respondedores a aportes de volumen y no se encontró correlación alguna entre los valores de presión y el volumen infundido.Paul Marik y sus colaboradores 5 realizaron una revisión sistemática de la literatura, y del análisis de más de 800 enfermos, no se logró demostrar correlación alguna entre el volumen y la presión. Entonces preguntas simples, tales como: ¿Cómo está la volemia? ¿Tiene isquemia miocárdica? ¿Qué efectos tienen los fármacos vasoactivos en el miocardio? Tienen respuestas muy difíciles. En este contexto aparece la ecocardiografía tan...