El incremento de la actividad humana en la Antártica ha generado numerosos impactos en el ecosistema. Recientemente ha sido descrita la presencia de microplásticos (MPs) y Productos farmacéuticos y de cuidado personal (PPCPs) en ambientes costeros, principalmente en la Península Antártica. El objetivo de esta tesis fue evaluar la contribución de la actividad humana en las concentraciones de MPs y PPCPs en el ecosistema antártico. Para esto, se determinó la abundancia y composición de microplásticos en suelos y en sedimentos intermareales de la Bahía Fildes, Antártica. En los suelos se obtuvo un promedio de 13,6 partículas 50 ml de muestra, con una longitud máxima de partículas de 500 µm. Estas partículas fueron identificadas como fragmentos, caracterizados por su composición basada en resina fenoxi de color naranjo, idénticos a los revestimientos de las instalaciones de la base Frei. En contraste, en los sedimentos intermareales se registraron exclusivamente fibras en una menor abundancia (1,5 partículas 50 ml de muestra), pero mayor longitud (2000 µm). Estas fibras se caracterizaron po una composición de tereftalato de polietileno (PET) de distintos colores, con mayores abundancias en los sitios cercanos a los efluentes de aguas residuales, donde además se encontraron fibras de algodón, lo que permite presumir que su principal fuente corresponde a aguas grises. Respecto a las variables ambientales evaluadas, si bien la materia orgánica se correlacionó positivamente con los fragmentos de plástico del suelo, esta variable parece explicarse más en la composición de los microplásticos. En tanto, las fibras de los sedimentos intermareales se correlacionaron positivamente al tamaño de partícula de los sedimentos. En general, las variables ambientales seleccionadas en este estudio parecen no explicar las concentraciones de microplásticos. Finalmente, se observó que, a pesar de las restricciones impuestas en zonas protegidas, la contaminación por microplásticos se ha expandido a éstas áreas. Un objetivo adicional fue identificar las fuentes, concentraciones y distribución de PPCPs en el sistema costero antártico y sus efectos en la biota. De modo que se realizó una revisión de los artículos científicos disponibles en la Antártica, junto a la bibliografía del Consejo de Administradores de Programas Antárticos Nacionales (CONMAP) y la Secretaría del Tratado Antártico (ATS). Esto se complementó con los datos espaciales de Quantarctica. Los resultados muestran que existe una amplia variedad de PPCPs reportados en aguas costeras los que alcanzan concentraciones de hasta 60000 ng l. Las mayores concentraciones se detectaron en base Esperanza debido a la ausencia de tratamiento, siendo significativamente elevados para los analgésicos acetaminofén (48744 ng l), diclofenaco (15087 ng l) e ibuprofeno (10053 ng l). No obstante, la implementación de un sistema de tratamiento terciario en base Scott igualmente arrojó altos valores para los filtros UV 4- metil-bencilidenoalcanfor (4-MBC) ( 11700 ng l) y 2,4- dihidroxibenzofenona (BP-1) ( 6830 ng l), así como el surfactante 4-t-octilfenol (OP) ( 7050 ng/l). En general, se observó que el número de ocupantes de cada estación no fue tan determinante como la implementación de algún sistema de tratamiento de aguas residuales. Sin embargo, otras variables como la frecuencia de muestreo también deben ser consideradas. De este modo, se identificó a los efluentes como la principal fuente de PPCPs en la Antártica, siendo mayores las concentraciones en zonas aledañas a las bases en comparación de mar adentro. Además, la biota antártica ha sido poco estudiada, con solo una especie evaluada, por lo tanto, los eventuales efectos de los microplásticos son por ahora desconocidos. Esta tesis demuestra que las actividades humanas en la Antártica han resultado en la contaminación por MPs y PPCPs de sus suelos, agua de mar y sedimentos costeros, y que existe un alto grado de desconocimiento de los eventuales efectos en la biota. Dado que la mayoría de las estaciones antárticas se localizan en las zonas costeras, sus efluentes tienen una gran influencia sobre el ambiente marino, siendo identificados como la principal fuente de contaminación por MPs y PPCPs. En contraste, los suelos son dominados por la contaminación de microplásticos que en bahía Fildes responde al uso de suelo mediante la infraestructura. En este sentido, debido a las restricciones que rigen del Protocolo Ambiental, las limitadas actividades efectuadas dentro del territorio antártico sólo permitirían el uso y posterior eliminación de PPCPs principalmente mediante los efluentes, de modo que su presencia en suelos se espera que sea escasa o nula. El principal inconveniente es que algunas de las estaciones de investigación carecen de tratamiento terciario, descrito como uno de los más efectivos en la remoción de PPCPs. Asimismo, se permite la liberación de efluentes sin tratamiento directamente al mar. En consecuencia, mayores esfuerzos por sobre lo dictado por el Protocolo Ambiental, como el mejoramiento voluntario de estos sistemas de tratamiento y el control, tanto en el ingreso como uso de estos contaminantes, son medidas que podrían compensar la deficiente remoción de algunos contaminantes, ante la espera de nuevas regulaciones de los contaminantes emergentes antes mencionados.