“…Junto con la temperatura, pH, actividad de agua, potencial redox y flora microbiana, la sal ayuda a la conservación del queso, reduciendo al mínimo el deterioro y previniendo el crecimiento de patógenos (Labrie et al 2014). Estos factores interactúan uno con el otro y, en muchas situaciones, la distinción entre ellos no es clara (Tabla et al, 2015).…”