Este artículo presenta un análisis crítico discursivo en torno al concepto de salud menstrual en una serie de textos publicados en formato de libro y en las redes sociales en los últimos cinco años (2019-2023) por distintas activistas y educadoras menstruales de Argentina. En un itinerario de lectura que va de lo singular a lo colectivo, identifico la configuración de una episteme experiencial que redefine el cuerpo menstruante como informacional y multidimensional, lo que habilita que, además de una dimensión fisiológica, se reivindique su rol en los distintos contextos social, político, cultural, ambiental y económico. Ubico estos ejemplos en el marco de la precarización neoliberal que instala la cultura terapéutico-managerial como imperativo moral, al mismo tiempo que interpela a ciertas subjetividades con privilegio relativo —mujeres blancas, urbanas, capacitadas y formadas— a disputar y tensionar sentidos.