La orbitopatía tiroidea es la manifestación extratiroidea más frecuente del hipertiroidismo autoinmune; más del 90 % de los casos se asocian con enfermedad de Graves (EG). Es un trastorno complejo que puede provocar deformidad orbitaria, visión doble e incluso pérdida visual permanente, con gran impacto en la calidad de vida. Aproximadamente, el 2 % de los pacientes que desarrollan orbitopatía de Graves desarrolla enfermedad moderada a grave. Existe una creciente conciencia de la necesidad de un diagnóstico precoz y un manejo oportuno para disminuir las secuelas irreversibles. Su manejo inicial es con glucocorticoides; sin embargo, la recurrencia ocurre con frecuencia una vez que se retiran. En más del 60 % de los casos, la anatomía orbitaria normal no se restaura y se requiere cirugía de rehabilitación. En casos de refractariedad, las terapias biológicas son una alternativa, las cuales han demostrado ser efectivas. Dentro de estas están el teprotumumab, que reduce la proptosis, recientemente aprobado por la Food and Drug Administration (FDA); el rituximab, que reduce la inflamación; y el tocilizumab, que potencialmente beneficia ambos parámetros. A continuación, se describe el efecto del tocilizumab en 2 pacientes con orbitopatía tiroidea en el Hospital San José, en Bogotá.