“…Un análisis de regresión realizado por Pedraja et al (2012) muestra una relación positiva y directa entre los años de acreditación de las carreras y el puntaje obtenido en la prueba INICIA (este instrumento, que se aplicó desde el año 2008 al 2014 a los egresados de Pedagogía, medía el nivel de logro de los estándares disciplinares y pedagógicos necesarios para ser profesor) por sus egresados. Esto provoca una nueva y perversa relación positiva y directa, entre el estatus de la institución formadora y el estatus de las escuelas a las que acceden sus egresados, ya que los profesores que enseñan en escuelas más pobres suelen venir de los mismos contextos educativos que sus alumnos, tal como muestran diversos estudios como los realizados por Meckes y Bascopé (2012), Rivero (2015), Puga et al (2015) y Ortúzar et al (2016). Por ejemplo, Meckes y Bascopé (2012), al estudiar una muestra de 1.927 (48%) graduados el año 2008, encontraron que la mayoría de quienes trabajaban en escuelas subsidiadas el año 2010, habían estudiado en escuelas subsidiadas (51,2%) y que el 61% de ellos tenía padres sin educación terciaria.…”