La agresividad se concibe generalmente como una manifestación o un comportamiento que tiene la intención de provocar algún tipo de daño o aflicción a un tercero. La conducta violenta es un acontecimiento que incide bruscamente en el bienestar de la generalidad y, consiguientemente, en el rechazo y la alarma social, por lo que los investigadores buscan los medios para su comprensión, y las autoridades formales, para su contención. La violencia, en cualquiera de sus manifestaciones, genera preocupación en los diversos contextos; incluso, en los que se encuentran ligados a la seguridad y defensa, donde aparentemente participa activamente, por hacerlo en entornos hostiles, donde la cuestión de la violencia y la agresión es entendida como el uso de la fuerza sobre personas o grupos para forzarlos a comportarse de un modo no deseado. Este trabajo busca señalar las condiciones en las que se engendra la violencia (estructural, personal o conductual), y en qué lugares es más intensa, con base en una perspectiva cualitativa, con un enfoque analítico-reflexivo y de manera descriptiva, para analizar posibles puntos de interés estratégico, a fin de fortalecer la seguridad, para, por ejemplo, aplicarlas a estrategias efectivas de paz. Para este análisis, se observa a grandes rasgos el caso colombiano, donde se enfatiza en la violencia estructural a partir de su análisis.