¿Cómo nosotros, como supervisores de psicoterapia, integramos de manera más efectiva una postura culturalmente humilde en la experiencia de supervisión? Se necesitan ejemplos concretos de cómo abordar mejor esa integración. A continuación, proporciono un ejemplo de ello, la incorporación de pautas de humildad cultural en el acuerdo de supervisión y la relación de supervisión desde su inicio. Esta incorporación de pautas tiene tres propósitos: (a) poner en primer plano la humildad cultural en mi práctica como supervisor, haciendo un compromiso y una promesa a mis supervisados de que yo, como su supervisor, siempre me esforzaré por abordar nuestro trabajo desde una postura culturalmente humilde; b) introducir y orientar a los supervisados y prepararlos mejor para la incorporación de la humildad cultural en su propia práctica terapéutica; y c) idealmente galvanizar y profundizar la constante evolución de su sentido de humildad cultural a medida que avanza esa práctica. Se define la humildad cultural y se propone un conjunto de pautas de humildad cultural centradas en el supervisor y adaptadas a la supervisión. Esta perspectiva se presenta con la esperanza de generar una mayor discusión sobre la integración de la humildad cultural en la relación de supervisión de la psicoterapia y animar y vigorizar su práctica.