“…Por otra parte, hay que tener en cuenta que es muy conveniente que la evaluación se realice a partir de la participación activa de todos los implicados, especialmente del alumnado universitario (Falchikov, 2005;Bretones, 2008;Taras, 2010;Trevitt, Breman y Stocks, 2012;Parratt, Fahy y Hastie, 2014;Furmedge, Iwata y Gil, 2014), aun siendo conscientes de las limitaciones que ello conlleva (Braun, Sheikh y Hannover, 2011;Braun, Woodley, Richardson y Leidner, 2012). La implicación de los estudiantes en su propia evaluación les permite llevar a cabo procesos de autoreflexión (Hudson, Rienits, Corrin y Olmos, 2012;Chaffey, de Leeuw y Finnigan, 2012;O'Sullivan et al, 2012;Van Schaik, Plant y O`Sullivan, 2013) que conllevan mecanismos de retroalimentación en su aprendizaje (Nicol y Macfarlane-Dick, 2006;Sagasser, Kramer y Van Der Vleuten, 2012;Dannefer y Prayson, 2013;Garner, Gusberg y Kim, 2014).…”