“…Existen estudios que han mostrado una relación entre bajos niveles de autorregulación y autoeficacia con el manejo del peso (Román, Díaz, Cárdenas & Lugli, 2007), el control alimenticio, (Dutton, Davis, Rhode & Brantley, 2004), la alimentación saludable (Wilson-Barlow, Hollins & Clopton, 2014), la conducta alimentaria (Ruiz, Berrocal, López & Rivas, 2003) y circunstancias alimenticias de dieta (Stotland, Zuroff & Roy, 1991). Sin embargo, la investigación de la autorregulación en relación con la alimentación está menos estudiada (Ames et al, 2016;Hughes, Power & O'Connor, 2015;Johnson, Pratt & Wardle, 2012). A pesar de lo anterior, la evidencia muestra claridad respecto a la estructura de la regulación diferenciada en tres modelos (Carey, Neal & Collins, 2004;Raffaelli, Crockett, & Shen, 2005): 1) un modelo global y unidimensional, 2) un modelo de dos factores (emoción y su regulación) que reflejan dominios de emocionalidad y 3) un modelo tripartito que incorpora tres componentes de la regulación (emoción, atención y control).…”