La educación preescolar como primer eslabón de la educación obligatoria en México es fundamental para cimentar las bases cognitivas, físicas y axiológicas en el individuo. Este artículo sistematiza el seguimiento a una educadora con 20 años de experiencia, quien actualmente se desempeña en una institución educativa ubicada en un contexto urbano con alta marginación social. Interesa reconocer los saberes docentes emergentes para atender las situaciones que este contexto le demanda, así como las estrategias y mediaciones que le han permitido salvaguardar los propósitos formativos del nivel educativo, sobre todo en lo que el confinamiento causado por el SARS-CoV-2 ha provocado. El seguimiento se realizó en el periodo comprendido entre septiembre de 2019 y marzo de 2021, bajo la metodología de estudio de caso que, posicionado en el paradigma cualitativo, utiliza el Modelo de Análisis de las Interacciones Escolares E-P-R y el concepto de saber docente de Tardif. El análisis parte del cruce de datos de las entrevistas (a profundidad y semiestructuradas) con los registros de observación de ocho sesiones remotas. Los resultados permiten visibilizar cómo la pandemia ha estimulado la creación de situaciones de enseñanza en donde las mediaciones principales son el uso de los lenguajes oral y gestual. También se detectan saberes centrados en la importancia de reconocer al otro desde el aprendizaje situado, evidenciando adecuaciones que buscan interacciones más cercanas, a pesar de estar mediadas por una pantalla. Igualmente, se afirma que estos hallazgos requieren de mayor estudio y análisis por parte del colectivo docente, en atención a la estrategia metodológica.