El Streptococcus spp ha adquirido mucha importancia a nivel mundial debido a la gran patogenicidad de sus diferentes especies. Una de ellas es el Streptococcus del Grupo B que comúnmente se encuentra a nivel vaginal en mujeres embarazadas, lo que puede ocasionar una contaminación al recién nacido en el momento del parto. Solo un pequeño porcentaje de estos neonatos desarrollan la infección y pueden llegar a presentar sepsis, meningitis, neumonía neonatal, entre otras complicaciones, así como secuelas neurológicas permanentes, retraso en el crecimiento y muerte. Debido a esto, se han implementado estrategias preventivas, en las que se incluyen pruebas de tamizaje para su detección temprana y evitar el riesgo de infección. En las últimas décadas se ha incrementado el uso de técnicas moleculares para su diagnóstico precoz y tratamiento temprano, de manera de disminuir la morbimortalidad atribuida al Streptococcus del Grupo B.