“…A pesar de los enfoques proteómicos disponibles, la fosfoproteómica ha sido poco utilizada en los hongos filamentosos. Los estudios que existen del tema han sido publicados en los últimos seis años, y se reducen a un limitado número de hongos, incluyendo N. crassa [226,227], S. tritici [228], M. oryzae [229,230,231], A. nidulans [232,233,234], A. flavus [235], A. fumigatus [236,237], B. cinerea [238,239,240], F. graminearum [241,242], Alternaria brassicola [238], P. brasiliensis [243], B. bassiana [244], T. reesei [245] y S. macrospora [246,247]. Estos estudios han revelado resultados interesantes, facilitando la comprensión de los mecanismos de patogenicidad y permitiendo identificar múltiples procesos regulados por la fosforilación de proteínas, incluyendo localización celular, plegamiento de proteínas, transporte de membrana, vías de señalización, respuesta a estrés oxidativo, crecimiento micelial, regulación durante la formación de apresorio, conidiación, metabolismo en conidios, metabolismo de fosfolípidos, autofagia, integridad de la pared celular, biosíntesis de aflatoxinas, disponibilidad de fuentes de carbono, producción de deoxinivalenol, secreción de enzimas hidrolíticas, morfogénesis, inducción de celulasas mediada por luz, osmorregulación, almacenamiento de carbono, tráfico intracelular, citoesqueleto, represión de la fotosíntesis y regulación de genes de celulasas.…”