“…La presión demográfica, el hacinamiento y las pésimas condiciones de las viviendas, los efectos contaminantes de las fábricas, las duras condiciones de trabajo infantil, la existencia de talleres y minas mal protegidas, junto con las desventajas del abastecimiento precario de proteínas y nutrientes básicos, como carne, huevos y leche, provocaron efectos devastadores sobre la salud infantil y de los trabajadores adolescentes en el medio urbano (William y Mooney, 1994;Voth, 2004;Martínez-Carrión, Puche y Cañabate, 2013). En países industrializados, como Estados Unidos, Gran Bretaña o Alemania, los datos de altura y mortalidad revelan el fuerte deterioro que experimentó el nivel de vida biológico en las zonas urbanas frente a un medio rural más saludable en términos relativos en las décadas centrales del ochocientos (Huck, 1995;Komlos, 1998;Haines, 2004;Voth, 2004;Cinirella, 2008). La existencia de una posible penalización urbana, sin embargo, variaba según el tamaño y las condiciones ambientales de las ciudades y la extensión de las actividades industriales y manufactureras (Foster, Chinn y Rona, 1983;Humphries y Leuning, 2009;Martínez-Carrión, Pérez-Castroviejo, Puche y Ramon-Muñoz, 2014).…”