La presente investigación analiza el sistema de partidos peruano entre 2001 y 2022 a través de un estudio longitudinal y comparado. En este período, se destaca una muy baja institucionalización del sistema de partidos, crecientes tensiones entre el Ejecutivo y el Legislativo y una progresiva fragmentación y atomización del Congreso. Esta fagocitación partidaria tuvo su reflejo en el Ejecutivo, donde doce presidentes ocuparon el cargo y se iniciaron ocho procesos de vacancia, pero también en el Legislativo, con una elevada volatilidad y dificultad para alcanzar mayorías. Así, el Perú se ha configurado como un interesante estudio de caso sobre los efectos que un sistema de partidos de baja institucionalización puede generar para el conjunto del sistema político y la importancia del análisis de estavariable. En este sentido, se evidencian los efectos nocivos en ambos poderes y para la gobernabilidad, así como la ausencia de indicadores que atestigüen una posible consolidación.