“…Todas estas investigaciones continúan ampliando nuestro conocimiento de las formas de vida y de las mentes de los primeros ancestros humanos incluyendo, en un primer momento, nuevas reconstrucciones sobre la formación y el paleoambiente de los yacimientos más significativos del Lecho I (Ashley et al, 2010), así como nuevas interpretaciones de los yacimientos excavados con anterioridad por los Leakey (Domínguez Rodrigo, 2009e Domínguez-Rodrigo et al, 2007. En una segunda fase de trabajos de investigación se profundizó en el estudio interdisciplinar de los Lechos I y II, obteniendo información arqueológica (tecnológicos, de comportamiento humano y tafonómicos) así como geomorfológica, geológica, geoquímica, paleobotánica y paleontológica (Aramendi et al, 2017;Ashley et al, 2014a;2014b;Bunn y Gurtov, 2014;Diez Martín et al, 2009b;Domínguez Rodrigo et al, 2009b;2009e;2010a;2014b;2014c;2014d;Domínguez Rodrigo y Cobo Sánchez, 2018;Egeland, 2014;Gurtov y Eren., 2014;Mercader et al, 2017;Rubio Jara et al, 2017;Sánchez Yustos, 2016;Sánchez Yustos et al, 2017Santonja et al, 2014Santonja et al, , 2018Organista, 2018;Uribelarrea et al, 2014;Yravedra et al, 2016;. Esta ingente cantidad de trabajos tienen el propósito de mejorar el conocimiento de la evolución del comportamiento humano durante el olduvayense y el achelense en la Garganta de Olduvai.…”