“…Sin embargo, hasta donde llega nuestro conocimiento, la investigación acerca de sus aportaciones predictivas en otros aspectos clínicos de tabaquismo es limitada. Asimismo, aunque el tabaquismo ha figurado como objeto de estudio en las últimas décadas, la mayoría de autores se han centrado en la detección de los factores previos que precipitan el inicio de consumo (Gustavson et al, 2017;Harakeh et al, 2012;Lydon, Wilson, Child y Geier, 2014), en las consecuencias adversas del consumo crónico (Billieux et al, 2010;Detandt et al, 2017;Lyvers, Carlopio, Bothma y Edwards, 2014;Sheffer et al, 2014; Valentine y Sofuoglu, 2018) así como en la exploración de variables que comprometen la abstinencia (González-Roz et al, 2019; Harvanko, Strickland, Slone, Shelton y Reynolds, 2019; Krishnan-Sarin et al, 2007;Luijten, Kleinjan y Franken, 2016). Por lo que, en comparación con el interés suscitado por otras etapas vinculadas a la dependencia nicotínica, como la abstinencia o el inicio, persiste la escasez de estudios que exploren factores vinculados al uso reiterado del tabaco.…”