Frente al gran relato de los estudios transpacíficos del Galeón de Manila, a menudo extendido en espacios, procesos y volúmenes documentales de corte económico, este artículo se enfoca en la observación de un fenómeno histórico local, pero completamente imbricado en la red de interacciones producidas por la primera globalización, a saber: la itinerancia de tres individuos ordinarios procedentes del mundo asiático, y su establecimiento en la provincia de Colima a principios del siglo XVII. El principal rasgo de estos «chinos» o «indios chinos» —como se conocía a los asiáticos establecidos en la Nueva España— es su capacidad de firmar sus nombres en baybayin, la antigua escritura filipina. El hecho de que estas firmas estén resguardadas en el Archivo Histórico del Municipio de Colima, a más de 13,000 kilómetros de distancia de Filipinas, es una muestra de las consecuencias de la primera globalización.