“…Por otro lado, los gestos y la atención conjunta suelen estar ligados al tipo de interacción, mediados por el nivel de responsividad de los cuidadores parentales a las interacciones con el infante (v. g., Hustedt & Raver, 2002;Vallotton et al, 2017) o los estilos de crianza (v. g., Adamson et al, 2012;Shire et al, 2016), que a variables socioeconómicas tal como muestra esta revisión sistemática. En cambio, las primeras habilidades verbales ya dependen de un entorno socioeconómico determinado, siendo in&uenciado por el nivel educativo de los cuidadores (v. g., Gago-Galvagno et al, 2019;Gago-Galvagno & Elgier, 2020;Hirsh-Pasek et al, 2015), la amplitud de su densidad léxica (Rowe, 2018), la cantidad de interacciones (v. g., Hoicka & Butcher, 2016), el compartir libros (v. g., Strouse & Ganea, 2017), entre otras variables ambientales. Al ser un comportamiento que requiere de un control consciente y de mayor nivel de habilidades por parte del infante (que las habilidades no verbales) ya que las verbalizaciones se asocian a funciones ejecutivas (Panesi & Morra, 2018), regulación emocional Hirsh-Pasek et al (2015) Estados Unidos Estudio longitudinal de díadas madre-infante de 24 y 36 meses (n=158).…”